sábado, 30 de noviembre de 2019

El Turpial



  En las mañanas de muchas casas de Venezuela es común ver un hermoso turpial, llenando de color los soleados jardines interiores, así como en plazas y parques de todo el país. Un espectáculo visual acompañado por el sonoro canto del ave nacional.


  Y es que el canto melodioso y variado de esta ave cantora, una de las más bonitas del país, suele escucharse al amanecer, aunque emite llamados y fraseos a cualquier hora del día, y son los machos quienes suelen cantar más que las hembras. El orígen de su nombre tiene teorías al respecto: la primera sostiene que proviene de raíces indígenas; y la segunda, en voz del estudioso de la flora y fauna venezolana Bruno Manara, indica que se debe a la forma onomatopéyica de su canto, que puede escucharse como "turu-pio, turu pio" 
  El turpial habita en casi todo el territorio venezolano, alcanzando en sus viajes los llanos orientales de Colombia y Panamá, así como el resto de la zona norte de Sudamérica. También se halla en Puerto Rico. Frecuentemente recorre las sabanas y selvas de galería que son zonas cálidas y de poca precipitación, prefieren los lugares cálidos como los llanos, los cardonales, los matorrales espinosos, los bosques que pierden las hojas y los bosques en los márgenes de los ríos, donde consigue las provisiones necesarias que constituyen su dieta, tales como insectos, frutas, huevos de otras aves y ocasionalmente una que otra ave más pequeña.
   En muchas viviendas venezolanas que aún poseen soleados jardines interiores, es costumbre de sus habitantes colocarles trozos de diversas frutas como naranja, lechoza (papaya) o cambúr (banano), para que acudan a comer junto a otras aves de vivos colores. 
  Fue hallada en nuestro territorio en 1839, el botánico Jhon Lindley fue el que le dio el nombre científico. Declarado Ave Nacional de Venezuela el 23 de mayo de 1958, luego de ganar un concurso promovido por la Sociedad Venezolana de Ciencias, en el que se impuso a otras especies como el Gallito de las Rocas, el Cucarachero Común, la Paraulata Llanera, el Zamuro y la Guacharaca.
  Esta ave fue introducida al Caribe hace más de dos siglos, probablemente como ave ornamental, y se ha dispersado naturalmente a las islas cercanas. Es nativa del Rio Amazonas.

 Colorido esplendor

 El turpial venezolano o troupial (Icterus icterus) pertenece a la familia de los ictéridos, originaria del continente americano. De aspecto pequeño, entre 15 y 22 cm. Que se distingue por su plumaje de color negro en la cabeza, parte del pecho y alas; el resto del cuerpo es amarillo terroso, casi anaranjado. Los ojos son de color amarillo con un contorno de piel azul clara. En sus alas se aprecia una fina línea de color blanco. Los tonos de su plumaje van con la edad, los turpiales amarillos son los más jóvenes, y los adultos anaranjados. Las hembras suelen ser de menor tamaño. Su pico es coniforme, haciéndose puntiagudo de forma extrema.
  El atiplado y sonoro canto es uno de los principales atributos del turpial, y lo convierten en una de las especies predilectas para la observación de aves. Cada año, miles de turistas visitan Venezuela atraídos por la posibilidad de contemplar esta ave en sus distintos hábitats.

Nidos ajenos

 El Turpial es un ave solitario, que rara veces construyen sus propios nidos, acostumbrándose a ocupar nidos abandonados, sin embargo también se conoce que este se torna agresivo al momento de tomar los nidos a la fuerza. Llegando a vivir ya sea solos o en pareja.
 La época de apareamiento del turpial va de marzo a septiembre. La hembra deposita en el nido de 3 a 4 huevos, incubándolos durante dos semanas, luego de las cuales nacen las crías. Los pichones son alimentados por ambos padres durante aproximadamente 15 dias. Intentan anidar hasta dos veces y tres veces durante su periodo reproductivo. Durante este período el turpial defiende férreamente su territorio, brindando constante protección y alimento a sus crías. 
   Tal fecundidad pudiera ser una de las razones por las cuales, a pesar de la cacería y el comercio a que es sometido, siga siendo todavía un ave común en estado silvestre en muchos lugares de su rango geográfico.
  Este pájaro cantor, uno de los más bellos de Venezuela, es tan popular que hasta aparece en los billetes, y forma parte de aquello que representa nuestra nación, parte de lo afirmativo venezolano.

En peligro de extinción

 Las personas que trabajan en la comercialización y captura de esta ave de forma artesanal en el Estado Nueva Esparta (Venezuela) comentan que el ave se suele capturar de pichón para ser enjaulada en el mismo lugar en donde estaba ubicado el nido; allí se mantiene durante cierto tiempo para que sean los mismos padres del ave quienes lo alimenten para luego, en un momento de su madurez alistarlo para ser vendido, siendo de fundamental importancia que el ave sea retirada antes de su completa adultez, pues de modo contrario los padres del ave buscarán un gusano verde tóxico para envenenarlo en un intento de rescatar a su cría del cautiverio.

  

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